martes, 31 de agosto de 2010

Fauna de la Oficina I:
El Señor de los Dineros

Empezamos una sección, de duración indeterminada, en la que vamos a intentar describir a los especímenes más selectos que pueblan la fauna de ese hábitat tan particular que es la oficina. Obviamente nos vamos a guiar por los que se han cruzado (y se cruzan) en nuestro camino, pero imagino que las especies que van a ir apareciendo aquí serán fácilmente reconocibles por cualquiera de vosotros.

Por cierto, si mientras leéis esta sección tarareáis la musiquilla del El Hombre y La Tierra de Félix Rodríguez de la Fuente… mucho mejor :D. Os dejo una ayudita.


Y dicho esto… vamos allá.

El primero de nuestros especímenes es el conocido como El Señor de los Dineros o también, en algunas regiones, El Señor de las Pesetas.


El hábitat en el que mejor se desenvuelve son las hojas Excel llenas de colorines y con botones que, al pulsarlos, actualizan campos utilizando fórmulas que los comunes de los mortales no llegaremos a comprender. Estas hojas mágicas tienen la facultad de controlar lo que se tiene que tardar en hacer las cosas y por supuesto lo que se está ganado (aunque, según él, generalmente será siempre perdiendo). Además, estas hojas tienen la peligrosa habilidad de avisar inmediatamente, mediante un color alarmantemente llamativo, de cuando algo no se ajusta a los parámetros previamente preestablecidos. Cosa que pasa con más frecuencia de las que os podéis llegar a imaginar.

Es muy importante aclarar que para ellos, sus papeles (ya sean hojas Excel, documentos Word, folios escritos a mano, Post-Its o servilletas guarreadas) son sus tótems particulares, los pilares que rigen todo su universo. Así que si algo no aparece en una de sus hojas es que no existe… y, por favor, bajo ningún concepto intentéis explicarles que hay un más allá de sus notas. Sólo conseguirías confundirlos.

Ninguno de los expertos consultados se ponen de acuerdo en el origen de su comportamiento. Sin embrago la teoría más aceptada es que nacen como cualquiera de nosotros pero, cuando apenas cuentan con unas horas de vida, son raptados por un grupo de siniestras y malvadas urracas que les llevan a vivir a unas huchas gigantes, llenas de monedas de uno y dos céntimos (sí, de esas que nadie quiere)... lo que cambiará su vida para siempre.

Los pilares de su idioma son las palabras ‘Rentabilidad’, ‘Productividad’ y ‘Producción’. Pronuncia, así de forma casual, cualquiera de ellas y verás como consigues atraer su atención de forma inmediata. De la misma manera, si queréis provocar una reacción inesperada podéis usar los términos ‘Retraso’, ‘No llegamos’ o ‘Hace falta más gente’. Desde aquí os recomendamos que jamás, bajo ninguna circunstancia, hagáis uso de esos reclamos si no os encontráis adecuadamente protegidos. Las consecuencias podrían llegar a ser imprevisibles.

Como cualquier criatura, Los Señores de los Dineros también se reunen en manadas de vez en cuando. Pero sólo si las condiciones lo permiten podréis presenciar este acontecimiento tan peculiar. Ver interactuar a un grupo de estos ejemplares puede llegar a ser algo único. El ritual funciona prácticamente siempre de la misma forma. Tras unos primeros momentos de acercamiento, todos sacaran sus hojas y, después de compararlas, hincharán orgullosos el pecho aquellos que puedan presumir de falta de colorines alarmantes mientras que los otros, sumisos y avergonzados, aguantarán las críticas de los vencedores. Eso sí amigos, independientemente de quienes ganen en esa batalla de orgullo... el que siempre perderá de manera inevitable será el currante.

Una vez aclaradas las características más importantes de esta especie, lo único que queda por decir es que si tenéis que convivir con un ejemplar de este tipo muy a menudo... lo mejor es intentar llevarse con el lo mejor posible él ya que eso nos asegurará una mejor calidad de vida... o por lo menos no peor.


Y por último decir, que si os sentís identificados con esta descripción... no os preocupéis. Todo somos animalicos del señor. Aunque unos gusten más que otros.

viernes, 27 de agosto de 2010

Hielos para princesas

Como soy consciente de que nos lee más de una princesa, que mejor que poder refrescar vuestra bebida favorita con un palacio de hielo... Por supuesto que esto también vale si nos lee algún príncipe. En pleno siglo XXI no hay que hacer distinciones en como se enfrían las bebidas príncipes o princesas ;)


Lo malo es que de momento no los venden fuera de Estados Unidos. Así que lo único que podríais es conformaros con unos en forma de estrellas y baritas. Que para el rollo princesa, tampoco pegan mal :D

jueves, 19 de agosto de 2010

Conversaciones del Café I:
¿Por qué los ingleses conducen por el lado equivocado?

La conversaciones que surgen alrededor de un café son de lo más diversas, sobre todo si es el café que te tomas cuando haces un descanso en el curro. Nosotros, como no vamos a ser menos, tenemos las nuestras, y os puedo asegurar que abarcan los temas más variados que os podáis imaginar.

La última ha sido el porqué los ingleses se empeñan en conducir por el lado equivocado.

Antes de entrar en profundidad un breve inciso. Como una imagen vale más que mil palabras aquí os dejo la prueba de que conducen por donde no es. Una mayoría aplastante de planeta... bien. Ellos y cuatro gatos... mal








Pues bien, parece que la explicación de este comportamiento tan peculiar se remonta a la época de los coches de caballos. Seguro que hay cientos de explicaciones, pero esta me ha convencido, me ha gustado y... como sale en Internet aahh ;).

Los cocheros sujetaban las riendas con la mano izquierda y manejaban el látigo con la derecha. Si circulaban por la derecha, al chasquear el látigo hacia los caballos en el movimiento de retroceso los peatones que circulaban pegados a los carros eran lastimados. Así que, en todos los países con un poco de sentido común, se decidió que los carruajes circulasen por la izquierda para que el látigo quedase en el centro de la calzada y como mucho se lastimase a los animales de tiro del resto de los ciudadanos.
El caso es que la conversación podría haber teminado ahí, con esa nota de cultura que nos marchábamos pa casa tan tranquilos. Pero... como somos gente que pasa demasiado tiempo delante de un ordenador (y no andamos muy finos de la cabeza, todo sea dicho de paso), nos hemos preguntado ¿como sería el tráfico en, por ejemplo, el Londres Victoriano? Pues sinceramente no creo que hubiera muchas diferencias con el de ahora. Seguro que se daban situaciones muy similares a las que ocurren en pleno siglo XXI.


Fijo que existían, igual que ahora, los típicos que le colocaban un alerón trasero al carro para que se pegase a la tierra cuando, en sus competiciones nocturnas y clandestinas, alcanzasen las 10 millas por hora. Que le pondrían unas pegatinas con forma de llamas en las portezuelas para darle sensación de velocidad. Y, por supuesto, que llevaban un fonógrafo en el baúl trasero para desquiciar a todos los vecinos.

Seguro que en un atasco también miraríamos al espectacular carruaje de al lado, adornado con sus remates de oro, lámparas de aceite, cortinillas de satén, con cochero incorporado y tirado por dos impresionantes corceles negros. Vamos con todos los extras. Y lo malo es que lo compararíamos con nuestro triste carro hecho con maderas astilladas de segunda mano, conducido por nosotros mísmos y tirado por un viejo y triste jamelgo. Y para hacer más sangre pensaríamos... “y esos seguro que con una bala de alfalfa y un cuenco de agua tiran millas y millas”. Mientras que nosotros no ganamos para pienso (de marca blanca claro está).

Y por supuesto, como no, cuando estuviésemos parados en una farola de gas de tres colores (semáforos ahora), pasaría una fracción de segundo prácticamente inapreciable desde que se encendiera la luz verde, hasta que el idiota cagaprisas pesado de detrás fustigase con su látigo a nuestro caballo para que arrancásemos (frecuente motivo de duelos en la época).


Así que, visto lo visto, lo mismo no hemos cambiado tanto. ¡Bueno sí! Ahora el cansino de atrás sólo nos toca el pito (¡ojo! que me refiero sólo al clax... bueno o no) :D


P.D. Admito que quizás la conversacón del café haya terminado un poco antes de discutir todo esto pero... el germen estaba sembrado :). Por cierto, es posible que, si seguís viniendo por aquí, en alguna otra ocasión os encontréis con historias del mismo estilo. Sí, lo siento... es una amenaza jajaja

domingo, 15 de agosto de 2010

Preparación......

Cuando uno se va de viaje todo es ilusión, nervios, alegría por conocer otros sitios, otras culturas, disfrutar de playas paradisiacas, comidas en abundancia y bebidas como para una boda... Pero... siempre hay un pero!!! Si chavales si, el enfrentamiento encarnizado que se produce entre tu maleta y tu!!

La preparación de un viaje es algo que me da una fatiguita.... Además, a mi siempre me pasa lo mismo, cuando ese objeto infernal abre sus puertas y solo encuentras vacío... un vacío que tienes que rellenar con todo lo imprescindible, es entonces cuando se me ponen los pelos "up". Claro, tu supervivencia de los próximos siete días depende del arte y la destreza que tengas para aprovechar todos y cada uno de los huecos de la misma.

Y ahora estoy en esa situación. En 24 horas tengo que salir para el aeropuerto y dentro de un rato iré a la habitación, donde está tranquilamente mi maleta esperándome, que parece que cuando paso por su lado la jodía me está mirando con cara de cachondeo sabiendo que puede amargarme un rato el día.

Y yo me pregunto ¿no se habrá planteado nadie montar una empresa de hacedores de maletas? Porque vamos yo creo que ahora mismo petaría el mercado de servicios básicos a la ciudadanía. Tu llamas y te mandan una persona a tu casa, que se encarga de hacerte todas las preguntas necesarias para recopilar la información necesaria de qué cosas te tienes que llevar y que no se te olvide ninguna, y luego ir a tus armarios, coger toda la ropa y efectos personales. Es importante que está gente especializada en hacer maletas, tenga un master en el juego Block-Out o para los neófitos (siempre había deseado utilizar esta palabra ais... ) el tetris en 3D. Porque una buena colocación de todas las piezas es imprescindible.

Yo dejo ahí la idea para quien la quiera aprovechar.... pero como a día de hoy todavía no existe este servicio, os dejo para enfrentarme a la soledad de mi maleta y ya os contaré si pudo conmigo o yo con ella..jajajaj.

Besos PRE-Jamaicanos....

miércoles, 11 de agosto de 2010

Vacaciones Santillana

Bueno, ya estamos metidos de lleno en el mes de agosto, concretamente estamos ya a día once.

Y... ¿Qué quiere decir eso? Pues que algunas están con medio culo pie en las playas de Jamaica.

Sí señores, mientras algunos nos quedamos en Madrid, disfrutando de los cuarenta grados a la sombra, de noches en las que el único aire que se mueve es por culpa de las alas de los mosquitos, y con una semanita por delante de curro que se asemeja bastante a esto...


Otras se van a pasar ni más ni menos que siete días a Jamaica con todos los gastos pagados. A un hotel que tiene más restaurantes que tipos de comida en el mundo, en el que pueden estar bebiendo de gorra hasta que se les olvide que era aquello de tener sed (pero si les rellenan hasta el mini bar) y con tantísimos bares que a lo mejor no tienen tiempo de probarlos todos. En fin, algo así como...




Y no pongo más fotos, que no quiero herir las susceptibilidades de nuestros lectores.

Algunos podréis pensar que lo que me pasa es que tengo envidia. Y... sí, resumido de una forma muy didáctica es eso lo que me pasa . Pero creo que es fácil entenderme. En un lado de la balanza... Madrid con sus cuarenta grados y una semanita prácticamente solo en la oficina con todo el curro del mundo. En la otra... Playas, piscinas, bebida y comida gratis... ¿ Veis? Ahora a vosotros también os pasa .

En fin, ahora en serio. Después de tanto tiempo, ya están aquí las vacaciones. Ahora, a disfrutarlas mucho mucho mucho, que te las has ganado de sobra.